Aries: el signo que da inicio al año zodiacal, es por esta razón que se relaciona con ese primer impulso vital. Representa el comienzo.
Tauro: forja los instrumentos de la vida constructiva o de la destrucción. En este sentido, forja las cadenas que atan o crea la llave que nos liberará.
Géminis: recorre la vida presurosamente, se concentra mejor cuando camina o viaja, puesto que el movimiento satisface su inquietud física.
Cáncer: el poder de recibir y reflejar lo que reciben, le proporciona su extraordinaria memoria. Son muy sensibles a su entorno.
Leo: posee un fuerte sentido dramático, y esta cualidad la lleva tan arraigada que con frecuencia no es consciente de este talante.
Virgo: aunque buscan el mundo espiritual pero su actitud ante este es de escepticismo, por lo que deben comprobar en la práctica lo que dice la teoría.
Libra: debilita las energías egocéntricas, dando fuerza a la búsqueda de unión a otras personas, dando de esta manera equilibrio a nuestro ego.
Escorpio: detesta la crítica y por autodefensa se muestra siempre misterioso. Su voluntad es imperiosa, su carácter es cáustico y tenaz.
Sagitario: la psicología astral creada por los griegos consideró a este signo el más genuino representante de la lucha entre el instinto y el ideal.
Capricornio: se asocia con la cabra montesa, que escala grandes cimas con tesón y paciencia, y no descansa hasta llegar a la cúspide de la montaña.
Acuario: en el campo de la espiritualidad valoran y aceptan todos los conceptos, haciendo su propia síntesis.
Piscis: subliman el amor a su máximo punto e idealizan al ser amado hasta convertirlo en un mito, en un ser de cuentos de hadas.
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