Si la primera casa es el YO y la
segunda casa de nuestro horóscopo representa a mis pertenencias. La tercera
casa representa a mis hermanos. Es cuando el individua a temprana edad comienza
a tener contacto con sus pares, con sus iguales: sus hermanos.
Lo que nos plantea Dowing en su
trabajo de investigación es que los hermanos, y en especial cuando son del
mismo sexo, ven en el otro lo que desean ser y lo que no. Es una relación
inevitable puesto que no los escogemos en este plano (digo en este plano porque
si los tenemos es porque antes de reencarnar decidimos vivir esa experiencia).
En este sentido, plantea la Autora
que existe una gran diferencia entre la relación con nuestros amigos (hermanos
sustitutos) y los hermanos biológicos, puesto que siempre están allí, estemos o
no de humor para compartir en ese momento. Lo que deriva en el intercambio de
experiencias positivas y negativas, lo cual la vuelve intensa, y la distingue
de una relación de pareja en que solo la muerte la separa…
A continuación algunos pasajes
del estudio de la prof. Dowing:
Las
relaciones entre hermanos constituyen uno de los vínculos humanos más
persistentes que existen ya que comienzan en el momento del nacimiento y sólo
finalizan con la muerte de uno de los implicados. (…)
Mi
hermano fue la persona que sirvió como punto de referencia indiscutible para
que yo me definiera. (Las investigaciones realizadas al respecto indican
claramente que los niños son conscientes de la otredad fundamental de sus
hermanos mucho antes incluso de que lleguen a separarse completamente de la
madre.) De este modo, las relaciones entre hermanos están sometidas a una
tensión paradójica -que jamás llega a superarse por completo- entre la afinidad
y la desigualdad, entre la intimidad y la extrañeza.
Paradójicamente
cada uno de ellos es, al mismo tiempo, para el otro, el Yo ideal y lo que Jung denominaba
la «sombra». (…)
El
papel que desempeña nuestra hermano difiere mucho del rol que juega nuestro
mejor amigo (aunque tal amigo suela servir a menudo como hermano sustituto)
porque la fraternidad no la elegimos. (…)
Hasta
las personas que carecen de hermanos biológicos anhelan durante toda su vida un
deseo de relación fraterna que las lleva a buscar hermanos sustitutos (amigos).
El
Hermano, como todos los arquetipos, reaparece en forma de proyección o
«transferencia» y tiene un aspecto interno. Yo soy lo que él no es. (…) Esto se
acentúa con hermanos del mismo sexo.
(…)
La
figura de la sombra es particularmente interesante a este respecto porque, como
decía Jung, en los mitos, en la literatura y en los sueños la sombra suele
representarse como un hermano. Jung estaba muy interesado por lo que él
denominaba «el motivo del enfrentamiento entre hermanos». (…)
La
confrontación con la sombra arquetípica constituye pues una experiencia
primordial de no-ego que nos obliga a enfrentarnos a ese oponente interno que
nos sirve de guía en el proceso de aproximación al inconsciente. (…)
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